sábado, 12 de marzo de 2011

El síndrome de Ocaranza


Cuántos poetas se necesitan para cantarle a la Poesía.
Cuántos libros de poemas nos han revelado un mundo.
Cuántos versos se han quedado tatuados en tu corazón.

En 1979, a través de convocatoria, la Editorial Siglo XXI, detectó 549 poetas distribuidos por todo el territorio mexicano, que aspiraban a quedar incluidos en la antología asamblea de poetas jóvenes de méxico, la cual coordinó y prologó Gabriel Zaid, la primera edición es de 1980 y reunió la cantidad no despreciable de 164 poetas. De todos los antologados, 10 han alcanzado cierta notoriedad y sólo uno de ellos alcanza registros grandes en su poesía: Héctor Carreto. Los otros, se ahogan con sus propias palabras. Para 1996, Juan Domingo Argüelles entrevista a Efraín Bartolomé y le hace dos preguntas fundamentales:

Efraín ¿Cómo distingues lo que es poesía de lo que no lo es?

A. E. Housman habla de una prueba fisiológica. Estás ante un verdadero poeta cuando alguno de sus versos es capaz de erizarte los pelos de la barba, cuando alguno de sus versos es capaz de producir una corriente escalofriante, una sensación de irrealidad que aprieta tu garganta y humedece tus ojos.

¿Cuál es tu opinión de la poesía mexicana actual?

Excelente: creo que hay más de tres poetas buenos aunque menos de nueve. Aunque no tengamos ningún bardo.

Éste es, después de todo,
el destino que hemos eludido
y que nos ata
sin remedio
a la tierra que pisamos.

Estos versos son de Ramón Guzmán Ramos. Él nació en 1949 en Zacapu, Michoacán, pero desde 1978 radica en Uruapan. Desde allí ha encontrado nuevas formas de hacer poesía, y la mejor es, más que escribirla, contagiarla. Y Ramón, desde su taller Ambrosía, contagia, enferma de poesía a sus alumnos, convidándoles de ese alimento que a ellos, y a los dioses griegos, les produce alucinaciones y visiones proféticas. Lenin, Armando Salgado y Saúl son los más aplicados y entusiastas del grupo, aunque todos trabajan por igual. En bibliotecas, plazas, en cada rincón de la ciudad, provocan encuentros poéticos y motivación a la lectura, para que el milagro suceda: La poesía. Durante años, sin desfallecer, han buscado que los habitantes de Uruapan se contagien y eso se agradece. Durante la semana, me leí la autobiografía de Ramón Martínez Ocaranza y él decía que no hay ningún Ramón pendejo. Cuando le preguntaban cuántos poetas había en Michoacán, decía: Hay tres, Ramón Martínez y Ocaranza. Yo también he contado tres. Y mi tocayo, es uno de ellos.     

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